viernes, 28 de diciembre de 2007

RECUERDO A NERUDA

Sucede, Pablo...

Sucede, que yo también me canso de ser hombre.
sucede...

sucede que me canso de ser día, de ser noche;
de ver la madrugada...
De buscar el último grano de sal en el salero.
De ver mi espectro en el espejo.
De preguntar al cielo ¿por qué?
¡Pero nunca dice nada!

Me canso de ver mi cara, otras caras,
con las huellas del cansancio, en la mirada;
y al tiempo haciendo surcos en el alma.
Me canso de arrastrar mis pobres huesos,
por el valle de los muertos.
De ver, a niños tristes.
De ver, a tristes hombres.
¡Me canso Pablo, de estar muerto!

Yo también he descendindo a los infiernos,
y he visto las ventanas, las calles, los balcones;
llenos de calaveras.

¡Yo también, me canso de ser hombre!
¡De soportar mi vida entera!
De ver las calles llenas de gente que se esconde.
De ver los bares, las plazas, los corazones,
con luz de noche.
De ver garajes llenos de niños.
De ver mujeres con ruedas.
¡De no ver hombres!
Pablo...¡yo también, me canso de ser hombre!

No sé que soy.
No sé que hago aquí.
No tengo conocimiento de adonde voy, de donde vengo.
No sé por qué estoy aquí, para sufrir y ver sufrir.

No sé si soy, química organizada.
Accidente natural, nada; casualidad.
¡Siento el latir de las cosas!

Me temo...
que un átomo, una molécula,
no siente nada.
No puede amar, ni llorar.

¡Pablo...!
No he aprendido a vivir, ni a morir.

¡Qué venga pronto lo que tenga que venir!

Sucede, que yo también me canso de ser hombre

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