¡Ay, Luna de mis amores!
Dama de mantilla blanca,
Cuando hagas hoy tu ronda,
de amores, enamorada;
coge tu manto de estrellas,
y ve al balcón de mi amada
a contarle mis amores.
¡Ay Luna! !Ay Luna Blanca!
Dila, como la quiero.
Qué sin ella, yo no vivo.
Qué sin ella, no soy nada.
Qué sin su mirada muero
y su mirada me mata
de tanto como la quiero.
Pon una estrella en su frente.
¡Ilumina su mirada!
y con tus labios de plata,
besa su cabello negro,
de noche sin Luna blanca.
Haz que suspiren sus labios.
Qué el amor...
queme sus estrañas;
y con tus rayos de Luna,
recorre todo su cuerpo:
besa sus pechos de nácar.
Pasada la media noche;
cuando rendida, entregada,
¡cómo una virgen desnuda!
se recueste en su almohada
recordando mis amores;
échate junto a ella
en el borde de su cama
y vela sus dulces sueños;
hasta que despunte el alba
y te retire a ti el velo...
y el Sol, entrando por la ventana,
acaricie su cabello
de noche sin Luna blanca.
domingo, 27 de enero de 2008
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