Oír, la palabra yerma y el aliento dormido.
Ver, tu mirada sin luz, mirando mis ojos fijos.
Sentir, otra vez, como nos moja el agua;
ver otra vez la noche, ¡sentir otra vez frío!
Todo, cuanto antaño, que tanto nos amábamos,
no sentíamos...
El tiempo sin tenerte, es duro.
El tiempo de olvidarte, es largo.
El tiempo... ¡es algo sin sentido!
Porque hubo un tiempo, en que tanto
nos quisimos,
que pensábamos, que nuestro amor era infinito.
Y hoy, ¡ya ves!
Nos hablamos, nos miramos...
y nuestro amor, se ha ido.
Tú a mí, ya me has olvidado
... y yo, ¡casi te olvido!
miércoles, 9 de enero de 2008
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