No hace falta ser poeta
para hacer poesía.
A veces...
con el aliento, con la mirada,
con tu sonrisa:
tú, compones mil poemas.
Cuando abres la ventana
y te emocionas
al contemplar lo que ves:
Tu amigo, el árbol viejo,
al que ves todos lo días.
El perro y el zapatero,
qu pasean muy temprano.
Al que va a servir al amo.
La luz en aquel cristal, que respira.
El reloj de la estación
que te recuerda las horas...
si contemplas el cielo, y lloras,
¡es que eres un poeta!
Cuando ves a un niño,
y tu alma se conmueve
al contemplar sus manitas
juguetear con el aire,
y quisieras abrazarle
¡estrujarle con tus brazo!
y das gracias a la vida
por ese inmenso milagro,
¡eso, es poesía!
Cuando hablas al viento,
y le escuchas...
¿acaso no eres poeta?
Si miras al Sol,
que madruga para verte,
y dejas que te acaricie
hasta que tu cuerpo hable
y sientes lo que es amor;
¿no te sientes un poeta?
¿no sientes la poesia?
Si haces feliz a la gente
que disfruta tu mirada,
la gente que te rodea,
la que no te pide nada;
que se conforman con ver
una sonrisa en tu cara,
porque su felicidad...
es verte feliz a ti
y sentir que tú les amas;
¿qué más se puede pedir,
no es esto poesía?
Por eso...
Por eso mismo,
no envidies a nadie en el mundo;
ni a nobles, sabios o artistas,
que para hacer poesía,
no hace falta ser poeta.
¡Tú eres poesía!
jueves, 10 de enero de 2008
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